Probar la comida local es sin duda una manera fantástica para complementar la experiencia que supone conocer un nuevo lugar. Generalmente es seguro, pero hay algunas cosas de sentido común a tener en cuenta.

Ten en cuenta siempre qué es lo que vas a comerte y cómo ha sido preparado. Por norma general, es más seguro comer lo que ha sido pelado o cocinado. Comprar carne en el mercado puede ser todo un reto para una persona que viene de un país occidentalizado, y no está de menos lavar (o hasta hervir) la carne antes de añadirla a tus platos.

Los voluntarios de larga estancia tienen preferencias para comprar la comida o para comer, así que siempre será una buena opción preguntarles sitios recomendables y sitios evitables. Aprovechamos para deciros que hay algunos buenos sitios para comer, entre los cuales:

Hotel KM, Malop Svay, Blue Seas, Phnom Pech, Pursat Pizza House.

En referencia al agua para beber. Sólo embotellada. Para aquellos que vais a pasar un tiempo largo con nosotros, podéis conseguir fácilmente unas botellas reutilizables de 20 litros por un precio muy económico. Unos 5.000 rieles (1,25$) de inversión inicial y 2.000 (0,5$) para rellenarla. Además, hay una gran variedad de refrescos (incluyendo los más conocidos en los países occidentales) y puedes encontrarlos en todas las tiendas que hay en las calles y carreteras.

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